Cuando la edad se convierte en prejuicio desde la DGT
Se pone en contacto con esta Plataforma José M. A., de 90 años de edad, para narrar el grave acto de acoso y discriminación de que, por su edad, está siendo objeto por parte de la administración de Tráfico, motivado por un incidente con un agente de la Guardia Civil.
El 2 de septiembre de 2024, José M. A. tuvo un cruce de palabras con un agente de la Guardia Civil de tráfico en la A2 cuando, debido a alguna circunstancia especial, dicho agente indicaba a los conductores que se estacionaran en el arcén. A José M. A. no le agradó el modo irrespetuoso en que el agente se dirigió a él para hacerle dicha indicación, y así se lo hizo saber. Esto dio lugar a un breve intercambio de palabras poco amigable entre ambos.
El incidente no pasó de ahí. A los poco minutos, una vez resuelto el asunto que había ocasionado al paralización del tráfico, se le indicó que continuara circulando, al igual que a los demás conductores. José M. A. no fue objeto de ningún tipo de sanción, ni se le recriminó ningún tipo de infracción. Tres meses después, José M. A. recibió notificación de la DGT de que dicho agente había elaborado un informe en que alegaba que José M. A. no era competente para conducir (nótese que en el momento del incidente no se produjo denuncia alguna, y se le indicó que continuara conduciendo). Y se le informaba de que debería someterse a pruebas prácticas de conducción especialmente designadas por la DGT. José M. A. presentó todo tipo de informes médicos de diversos especialistas, incluidos neurólogos, que ponen de manifiesto su plena aptitud física, mental y de reflejos. Aún así, se le hizo someterse a pruebas, incluido un nuevo examen práctico de conducción, llevadas a cabo por personas designadas especialmente por la DGT.
La arbitrariedad y arrogancia con que José M. A. ha sido tratado en todo momento queda manifiesta en las respuestas (y faltas de respuesta en algunos casos) que ha recibido a sus escritos. Pidió, entre otras cosas, que hubiera un testigo independiente en la prueba práctica de conducción, lo cual se le denegó. Y, como era previsible, se le retiró el carnet de conducir, en un informe, según alega José M. A., lleno de falsedades y movido únicamente por el hecho de tener 90 años y como consecuencia de las instrucciones que llevaba el examinador de antemano.
Los detallados escritos enviados por José M. A. a las autoridades de la DGT, escritos e informes médicos a los que esta Plataforma ha tenido acceso, ponen de manifiesto, más allá de toda duda, su plena capacidad intelectual y física. José M. A. se encuentra completamente indefenso ante una administración que, basada en el enfado personal de un agente y su falso informe (en que, por una parte le declara incompetente para conducir, pero admitiendo al mismo tiempo que no le denunció por ningún motivo -puesto que no encontraba motivo para ello- y le indicó que continuara conduciendo). Así, de un modo arbitrario y por un evidente prejuicio de edad se le retira su permiso de conducir.
José M. A. ha recurrido a todos los medios posibles legales e institucionales para denunciar la injusticia de que está siendo objeto, incluido el Defensor del Pueblo, pero sin éxito. Meramente su edad, y el prejuicio social asociado a esa circunstancia, parece justificar este atropello y otros semejantes que viven las personas de edad a diario..
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