Decepcionantes palabras del Papa
Francisco afirma, sin fundamento de ningún tipo, que si los jóvenes gobernaran habría menos guerras en el mundo.
Hace poco el papa hablaba de los «ancianos» y de lo fantástica que es su misión en el mundo, o quizás intentaba adularlos, completametne ajeno, desconocedor o simplemente indiferente a las connotaciones discriminatorias del término «anciano».
Ahora habla de los jóvenes o quiés sabe si, al igual que los demás políticos, intenta halagarlos para conseguir sus votos a base de congraciarse con ellos. Nada nuevo. Más adulación para los jóvenes. Más marginación para los mayores. Es parte del tradicional discurso eclesiástico: Jornada Mundial de la Juventud; Jornadas de los jóvenes (católicos) de la UE, etc. Siempre esa adulaciòn constante a los jóvenes. Una Iglesia masivamente abandonada por los jóvenes pero tan patéticamente dependiente de los jóvenes, y siempre dispuesta a congraciarse con ellos a toda costa.
Qué pena que un papa que ha sido tan rompedor en algunas cosas no alcance a a ver más allá, y se limite a repetir clichés, y con ello a afianzar más aún los patrones de discriminación.
¡Perfecto! Que renuncie y que escojan a un pápa de menos de 30 años.