• Surgen las primeras denuncias de «discriminación» sanitaria y las asociaciones de mayores reclaman que la desescalada se aleje del «edadismo»
  • Los especialistas alertan contra la «infantilización» y la «lástima» y temen que se imponga el estereotipo del viejo vulnerable y enfermo
  • «Hoy tiene menos que ver una persona de 60 años con una de 65 que una de 15 con una de 20. La falta de percepción de la diversidad es ofensiva», señala Juan Martín, del Centro Internacional sobre

 

Una pareja observa la playa de Ondarreta de San Sebastián, hoy sábado dia 56 del confinamiento.

Una pareja observa la playa de Ondarreta de San Sebastián, este sábado. EFE

 

Publicada el 10/05/2020 a las 06:00

«Pobres mayores», oímos estos días de sufrimiento de «nuestros abuelitos». Y estos sintagmas, aunque de propósito inocente, incluso cariñoso, pueden constituir, en su continua repetición, un paso atrás para los mayores, una estigmatización e incluso una discriminación. «La discriminación por edad siempre está ahí. De forma latente, o más clara. Estos días se hace evidente», señala José Antonio Iglesias Guerra, profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de León e investigador sobre el tema. «Con esta crisis», añade, «el estereotipo del mayor como persona frágil, dependiente y enferma se ve reforzado. Y se asienta su percepción como una carga, como un coste, cuando lo que deberíamos pensar es que todos llegaremos a esa edad», señala Iglesias Guerra. Pero no se trata sólo de estereotipos y de estigmas que pueden desarrollarse o afianzarse con motivo de la pandemia. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y un informe de la investigadora Sacramento Pinazo para la Cátedra Prospect 2030 de la Universidad de Valencia han puesto esta semana sobre la mesa una idea (casi) tabú: los mayores han sufrido «discriminación» durante la crisis del coronavirus.

Hay voces que se alzan también contra la idea de que los mayores tienen que ser, como oímos continuamente, «los últimos en salir». «Nos ha sorprendido que se establezca una especie de toque de queda entre las 23.00 y las 6.00 horas, en la que no se permite ni siquiera pasear, o hacer ejercicio, cuando no hay riesgo de aglomeraciones. Lo natural habría sido establecer la actividad física al aire libre de las personas mayores de 14 años y menores de 69, entre las 20.00 y las 10.00″, señala en una carta abierta Eduardo Rodríguez, presidente de Honor de la Confederación Española de Federaciones de Mayores (Ceoma). Y lanza una advertencia muy severa sobre la fase de desescalada: «Si después de lo ocurrido con la limitación de entrada en muchas UCI por el mero hecho de tener una determinada edad, se limitara indiscriminadamente el movimiento de las personas de edad, sería insistir en otra flagrante manifestación de edadismo o gerontofobia, por ser pura discriminación anticonstitucional». La Unión Democrática de Pensionistas (UDP) también ha reclamado criterios de desescalada sin «edadismo».

Fuente: Infolibre.es

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