La empresa pactó con los sindicatos varios cambios en la convocatoria de la bolsa de empleo eventual que, según denuncia la plataforma de afectados, busca rejuvenecer plantilla y dejará en la calle a trabajadores que han estado hasta 30 años encadenando contratos temporales, la mayoría, mujeres
Barda Forcada tiene un temor más que justificado. A sus 59 años puede quedarse sin el trabajo que le ha dado de comer durante los últimos 12 años. No es que fuera el mejor de los empleos, ya que siempre ha sido temporal, pero durante al menos seis meses al año, ha sido cartera en Correos en Navarra. Cada temporada entraba en la bolsa de empleo eventual de la empresa estatal y, dada la antigüedad que iba acumulando, no temía quedarse fuera nunca. Hasta hoy, que ve cómo alguien más joven y más formado se puede quedar con su puesto eventual. “El 31 de diciembre me voy a mi casa y no sé si me volverán a llamar para seis meses el año que viene. Con mi edad, no sé dónde voy a encontrar otro trabajo”, lamenta esta trabajadora.
El pasado octubre, la dirección de Correos pactó con los sindicatos CCOO, UGT, CSIF y Sindicato Libre, a través de la Comisión Central de Empleo, la apertura de las bolsas de empleo eventual. Más de 85.000 plazas con las que Correos añade refuerzos y personal de reparto y oficina y cubre bajas y sustituciones en todo el país.
Tras las negociaciones, estas centrales sindicales han dado el visto bueno a una serie de cambios en los requisitos y criterios de la nueva hornada de empleados precarios. Trabajadores que llevan 20 años encadenando estos contratos se ven ahora desplazados por el nuevo perfil que, según Correos, exige la «nueva línea de negocio» de la compañía. La empresa busca ahora “personal más especializado” y pone en valor la titulación académica y “cursos de formación en áreas digitales”, entre otras cosas, según la propia convocatoria. Eso sí, para un trabajo temporal. Los trabajadores eventuales representan casi el 25% de los empleados de Correos, por lo que las dimensiones del problema no son precisamente pequeñas.
La decisión no ha gustado a muchos de estos empleados intermitentes, que han constituido la Plataforma de Eventuales de Correos para exigir que se dé marcha atrás a estos criterios y que no duda en criticar la actuación de los sindicatos mayoritarios en las últimas negociaciones. “Nos hemos organizado a raíz del malestar y el enfado que han generado los últimos exámenes para personal fijo que hubo, en los que también se desplazó la importancia de la antigüedad y en los que hubo múltiples irregularidades y opacidad”, explica Mario Murillo, portavoz de la plataforma. Al quedarse sin plaza fija muchos de estos eventuales, esta bolsa de trabajo era su única esperanza de llevar el sueldo a casa, aunque fuera durante unos meses. Pero estos cambios han sido un zarpazo más, aseguran.
Rejuvenecer la pantilla de cara a Amazon
En resumen, los nuevos criterios de los que se quejan dejan la antigüedad en un segundo plano y, peor aún, sólo contarán la acumulada durante los últimos cinco años. De esta forma, un trabajador que lleva encadenando contratos temporales los últimos 20 años tiene las mismas posibilidades de entrar por antigüedad en esta bolsa que alguien que lleva cinco. Además, las nueva basas exigen una reconocimiento e informe favorable de los servicios médicos de Correos, algo que tampoco ha gustado a quienes llevan cargando bultos a pie durante décadas y han desarrolado algún tipo de lesión. «Ni siquiera se nos reconoce como enfermedad o accidente laboral, se queja Forcada.
Los trabajadores ven un “ERE encubierto de empleados eventuales” que busca rejuvenecer la plantilla de cara al modelo de negocio que ya ha irrumpido: Amazon y otras empresas de venta online.
“Quieren gente poco formada en lo viejo y más enfocada a la paquetería”
“La reconversión empresarial se acelera a marchas forzadas. Correos quiere ser la macro empresa logística del comercio electrónico del país, y en ese nuevo prisma un trabajador que sepa de envíos certificados, acuses de recibo y notificaciones pierde valor”, prosigue Murillo, que resume el problema así: “Quieren gente poco formada en lo viejo y más maleable y enfocado a la paquetería”.
Según explican, “del 100% de los méritos se arrincona la antigüedad, la experiencia, al 30%”. A esto se añade la elevada puntuación de una serie de cursos que sólo pueden realizar los eventuales en activo en la empresa y que también imparten los sindicatos que han firmado esta convocatoria. “Yo he podido hacer uno de milagro, pero muchas compañeras no, porque ahora no están trabajando y no están afiliadas a ningún sindicato”, explica María. No es su verdadero nombre, ya que teme que no vuelvan a llamarla si denuncia esta situación que considera “injustísima”. A sus 43 años, reparte cartas en Sevilla desde hace una década. “Lo tengo muy difícil para entrar en esta bolsa después de tanto tiempo. Y somos muchas. Hablo en femenino porque la gran mayoría de estos puestos los hemos ocupado mujeres, que somos las que más sufrimos la temporalidad y la precariedad laboral”.
«La gran mayoría de estos puestos temporales los hemos ocupado mujeres»
“Nadie va a escribir en un papel que se busca dejar fuera a las mujeres, pero está claro que ellas ocupan el 72% de los empleos temporales y a tiempo parcial del país. Y hace 25 años no tenían tan fácil ir a la universidad”, explica Murillo. “Cuando yo empecé no hacía falta formación de ningún tipo. Pero ahora la gente se saca su carrera y no encuentra trabajo de lo suyo, así que nosotras, que no cursamos estudios superiores, tenemos que competir con la generación actual, en la que hay muchos licenciados. Repartimos cartas, que quede claro, somos personal válido y lo hemos demostrado todo este tiempo. No tienes que ser de la NASA para trabajar en Correos”, ironiza Barda.
Precarización progresiva en Correos
«Ahora hay mucho trabajos de cuatro horas al día, incluso de cuatro horas a la semana», critican
Estas dos trabajadoras coinciden, además, en la progresiva precarización laboral en la compañía estatal. Según explican, los últimos años han trabajado sólo seis meses, el mínimo estipulado en esta bolsa de empleo. Sin embargo, cuando empezaron, era normal tener varios contratos y encadenar hasta diez u once meses. “Eso sin hablar de que ahora la mayoría de plazas que se ofertan son a tiempo parcial. Trabajos de cuatro horas al día, incluso de cuatro horas a la semana en muchos casos”, explica María.
La precariedad, explican desde CGT, se ha ido instalando en Correos desde que la empresa se convirtió en una Sociedad Anónima en 2001. El sindicato ha echado cuentas con los datos del Informe Anual Estadístico de la Función Pública de 2017 e informes de la SEPI (grupo empresarial estatal del que Correos forma parte) y alerta de que uno de cada cuatro empleados de la empresa ya es precario. En concreto, hay 12.475 trabajadores eventuales, a los que hay que añadir 300 trabajadores fijos discontinuos y los centenares de trabajadores fijos con jornadas parciales o de fin de semana. Según estima CGT, unos 13.500 trabajadores (más del 25,74% de la plantilla), tiene un contrato temporal o a tiempo parcial. A su vez, el número de funcionarios ha ido cayendo hasta los 13.325 frente a los 26.640 empleados fijos y fijos discontinuos que hay en la actualidad.
«La verdad es que los últimos diez años hemos ido de mal en peor”, lamenta Barda. María asegura que, si no la llaman el año que viene tendrá que buscar trabajo en la hostelería. “No hay otra cosa para mi perfil”, afirma. Lo único que sienten es que los sindicatos las han dejado solas con sus últimas negociaciones.
Público ha intentado si éxito en varias ocasiones recabar la versión de Correos sobre este asunto.
Fuente: Publico.es
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