Carlos denuncia que se aparta a los mayores, ya que muchos no «entienden la tecnología». La mayoría de las gestiones se realizan de manera telemática y eso ha dejado fuera a personas que no saben emplearla.»De manera brusca nos cambiaron los cajeros. Los hicieron complejísimos», se queja. «Yo he visto a gente irse llorando de la sucursal porque no entendía nada y los empleados ya no atienden esas cosas».

Los mayores lo tienen complicado. «No paran de cerrar oficinas, algunos cajeros son complicados de usar, otros se averían y nadie resuelve tus dudas, hay gestiones que solo se pueden hacer online.

Carlos  solo quiere un trato digno. Pretende que se dé servicio presencial y humano a los mayores en los bancos. «Es nuestro derecho y queremos que nos traten con dignidad». A veces reconoce que se ha «sentido humillado» al pedir ayuda y que le trataran como «a un idiota».

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